Personajes

Alfonso Diez

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La verdadera incógnita de Fidel

 

Fidel Castro fue un ídolo para muchos. Se convirtió en figura legendaria cuando Fulgencio Batista huyo de Cuba y las tropas de Fidel entraron en La Habana el primero de enero de 1959. Fidel tenía 32 años de edad. Apenas poco más de cinco años antes fue arrestado cuando intentó tomar por asalto el Cuartel Moncada, el  26 de julio de 1953.

Permaneció 22 meses en prisión y la presión popular determinó que Batista lo liberara; vivió en el exilio entre Estados Unidos y México. En el primer país organizó mítines para conseguir financiamiento con el objetivo de derrocar al dictador de Cuba.

En México se entrenó junto con otros entre los que se encontraban su hermano Raúl y el Che Guevara para ir a hacer la guerra de guerrillas contra Batista. Desembarcó en Cuba el 2 de diciembre de 1956 con 81 compañeros de viaje en una embarcación a la que llamaron Granma, que en inglés significa abuela.

En 1957 lanzó el Manifiesto de la Sierra Maestra, en el que se comprometía a que, en caso de triunfar su revolución, celebraría elecciones generales para todos los cargos de Estado, presidencias municipales incluidas, antes de un año contado a partir del momento en que llegara al poder y ofrecía entregarlo al candidato que resultara electo a la presidencia de la República.

Pero no cumplió su ofrecimiento.

En la actualidad, 49 años después de haber triunfado la revolución encabezada por él, Fidel es Comandante en Jefe del Ejército Cubano, Presidente del Consejo de Estado, Presidente del Consejo de Ministros, Diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba.

¿Qué orilla a un hombre a perpetuarse en el poder por tantos años? ¿No confía en nadie más para tal cargo? ¿Considera que él es el único con la capacidad e inteligencia suficientes para el desempeño en cuestión? ¿Teme a la traición interna o a la agresión externa y considera que sólo él podría detenerlas?

¿O simplemente se aferra al poder por el poder?

Fidel nació el 13 de agosto de 1926, éste año cumplirá 82 de edad, está enfermo de tal manera que hace más de un año decidió que su hermano Raúl se encargara “provisionalmente” del poder. No ha sido visto en público desde entonces. Ante la proximidad de las elecciones para diputados, antesala necesaria de la de presidente e indispensable, la diputación, para poder aspirar al cargo más alto, se pensaba que Fidel iba a anunciar desde su lecho de hospital que no buscaría más la presidencia, pero no lo hizo.

¿Por qué, tan enfermo, debilitado y con 81 años a cuestas sigue pensando que es insustituible? ¿Por qué se ha negado a darle la oportunidad a las nuevas generaciones? ¿Por qué no quiere hacer caso a los llamados de todo el mundo para que convoque a elecciones libres y se retire del cargo?

A lo largo del camino quedaron muchas piedras. El 17 de marzo de 1960, el presidente de Estados Unidos, Eisenhower, ordena que se prepare a aquellos que invadirán la isla y el 3 de enero de 1961 rompe relaciones con Cuba. Castro ha reanudado relaciones con la URSS (que habían sido rotas por Batista) el 8 de mayo de 1960. El 20 de enero de 1961 asume la presidencia de EU John F. Kennedy y hereda los planes para invadir Cuba, lo que lleva al cabo tres meses después, el 15 de abril, cuando 8 aviones A-26 bombardean 3 aeropuertos cubanos.

Al siguiente día, 16 de abril, durante el sepelio de los cubanos víctimas de los bombardeos, Fidel anuncia por primera vez que el proceso revolucionario en Cuba es socialista. El 17 desembarcan en Bahía de Cochinos 1,500 hombres enviados por Kennedy desde Guatemala, se internan a Cuba por Playa Girón y Playa Larga. Eran respaldados desde el mar por algunos buques y desde el aire por aviones que lanzan paracaidistas a penetrar el territorio cubano.

Tres días después de haber dado inicio la guerra contra Cuba, los llamados “gusanos” son derrotados por Fidel Castro. Los 1,197 capturados son devueltos a Estados Unidos tras un arreglo de intercambio de prisioneros por medicinas y alimentos.

El 30 de noviembre de 1961 ordena Kennedy comenzar la Operación Mangosta, consistente en desarrollar guerra económica, de inteligencia, psicológica, de apoyo a grupos armados y a organizaciones políticas contra Castro.

El 3 de enero de 1962, el papa Juan XXIII excomulga a Fidel. El 31 de enero Cuba es expulsada de la Organización de Estados Americanos; el único país que no rompe relaciones con Cuba es México. El 7 de febrero Estados Unidos decreta el embargo comercial, económico y financiero.

E 24 de octubre, en plena crisis de los misiles, ante el bloqueo de barcos de EU al paso de navíos de la URSS a Cuba, Nikita Kruschev envía un mensaje al presidente de Estados Unidos: los misiles soviéticos no serán retirados de Cuba y los barcos soviéticos no detendrán su camino ante los de EU.

Ante la inminente guerra mundial, Kennedy y Kruschev llegan a un acuerdo: EU no intentará nunca más invadir Cuba y desmantelará su base en Turquía; a cambio, los misiles en suelo cubano serían también desmantelados.

En enero de 1998, Juan Pablo II visita Cuba. Atrás quedaron Jorge Edwards y Heberto Padilla, Persona non grata y La mala memoria.

Surge la amistad con Hugo Chávez y el anuncio de éste de formar en Latinoamérica una gran nación socialista.

“Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen el saludo…”, decía Pablo Neruda; “Fidel, Fidel, qué tendrá Fidel, que los americanos no pueden con él”, decía la canción homenaje.

¿Qué ha cambiado? ¿Sigue siendo el mismo Fidel? ¿El hombre que triunfa con su revolución puede por este simple hecho permanecer en el máximo cargo medio siglo?

Hay dos factores a analizar: la forma y el contenido; el contenido es el socialismo, la forma, la manera de desarrollarlo. Dejemos sin tocar el contenido, el socialismo, lo veremos después y veamos la forma: había dos maneras: con democracia o sin ella, la primera implicaba elecciones libres, libertad de expresión, libertad de asociación… La segunda, la opuesta a la democracia, no hay de otra, es la dictadura y no le demos vueltas, en ésta cayó Fidel.

De haberse retirado a tiempo seguiría siendo un ídolo; seguiría, tal vez, siendo consultado por todo su pueblo, con mucho menos balseros huyendo de Cuba. Se habrían sucedido en Cuba diversos estilos de gobierno encabezados por gente también inteligente, pero con ideas frescas.

Hacía falta un gran guerrero para llevar al triunfo la revolución que derrocara a Batista en Cuba y Fidel Castro lo fue; pero 50 años después, lo que le hace falta a aquella gran nación son genios políticos para salir del atolladero, para terminar con 46 años de embargo económico, para proporcionar más alimentos y mejores formas de vida a ese pueblo tan querido, para negociar políticamente lo que ahora parece ir hacia un pozo cada vez más profundo.

¿Qué va a pasar con Cuba sin Fidel? Desde luego, nadie lo sabe, pero lo cierto es que desde hace muchos años debió habérsele dado la oportunidad a otros ya no de triunfar, tal vez hasta de fracasar, pero de fracasar con sus propios errores, sin la necesidad de ser llevados de la mano por alguien que sigue creyendo que no hay otro ser en la isla que merezca tal oportunidad.

Cuba sigue a la espera de su propio destino.

Fidel, Fidel, ¿qué tendrá Fidel…?

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